Un exmilitar rumano está demandando a un hospital luego que terminara con el órgano sexual amputado, tras internarse para ser tratado de una infección renal.
Costica Maroleanu, de 55 años, ingresó a un nosocomio de la ciudad de Buzau, al este de Rumania, por un problema en los riñones. Tras la intervención se llevó la sorpresa de que hubo complicaciones con el tratamiento.
“Tras la operación me dijeron que hubo problemas. Al parecer, la enfermera no instaló bien un catéter que me iba ayudar a orinar, y mi pene se puso rojo en evidente muestra de estar infectado”, señaló Maroleanu.
“Pasé a los cuidados, cuatro días más tarde fui llevado al departamento de nefrología donde tomaron una muestra, pero luego me dejaron allí por 10 días más”, añadió.
Pasado todo este tiempo Maroleanu fue trasladado un hospital militar, donde los médicos concluyeron que su pene ya estaba a nivel de necrosis y la única opción era la amputación.
“Mi pene fue totalmente cortado. Ahora orino través de un orificio que los médicos hicieron entre el ano y los testículos. Orino como una mujer. Estoy devastado”, declaro indignado Maroleanu.
Ahora este hombre está demandando al primer hospital que visitó por negligencia médica y exige una indemnización de 550 mil dólares.
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