Un tribunal de Estados Unidos ordenó el pago de un millón de dólares por concepto de indemnización a favor de un sujeto de 58 años que pasó casi 40 años recluido, acusado de un crimen que no cometió.
El afroamericano, identificado como Ricky Jackson, había sido condenado a muerte en 1975 junto a dos supuestos cómplices, tras ser considerado culpable de la muerte de un hombre en una tienda de Cleveland, pero por cuestiones constitucionales la pena cambió a cadena perpetua.
No obstante, años después, el adolescente que lo denunció admitió haber mentido en su declaración por presión de efectivos policiales que desarrollaban las investigaciones sobre el caso en ese entonces.
“Una fantástica noticia, ni siquiera sé qué decir. Esto va significar mucho”, expresó el agraviado, quien ya había sido puesto en libertad en noviembre pasado.