Según informa «Hurriyet Daily News», consumir dos paquetes de tabaco diarios durante 26 años, exigían a este ciudadano turco una solución drástica.
Ibrahim Yucel, al no poder controlar su adicción, decidió ponerse una jaula en la cabeza, inspirada en los cascos de los motoristas que veía en la carretera, para dejar de fumar y no perjudicar su salud
El exfumador se colocaba la jaula todos los días. Las llaves del candado se las llevaban su mujer y su hija cuando se iban de casa, de manera que fuera incapaz de dejarse tentar por los cigarros.
El sujeto, fumador empedernido, quiso dejar el tabaco para no seguir el ejemplo de su padre, que falleció hace varios años por un cáncer de pulmón.