Tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice y dos niños liberaron palomas para abogar por el diálogo constructivo en la crisis que se registra en Ucrania.
Desafortunadamente, las aves, símbolo de la paz, fueron atacadas por una gaviota y por un cuervo.
Al parecer una de las palomas perdió algunas plumas pero se pudo librar del ataque de la gaviota. La otra paloma no sufrió la misma suerte y fue picoteada por el cuervo.