El hospital del distrito de Gúrievsk, en la provincia siberiana de Kémerovo, a 2.900 kilómetros al este de Moscú, alertó a la Policía que dos pacientes acudieron presentando un tipo de herida asociado con el pintor holandés Vincent van Gogh.
Los policías pronto establecieron que los dos rusos se habían cortado las orejas por haber perdido una apuesta. Ambos hombres no identificados habían estado bebiendo para celebrar la Navidad ortodoxa, cuando decidieron poner a prueba su fuerza.
"Según la apuesta, acordada en estado de embriaguez, el perdedor tenía que cortarse una oreja", dice un comunicado policial difundido después de interrogar a los dos hombres.
El perdedor de la primera ronda protestó por el resultado y exigió un pulso de revancha, que ganó. Entonces, de acuerdo con las reglas, cada uno de ellos tomó un cuchillo y se cortó una oreja, una de las cuales resultó seccionada completamente y la otra solo parcialmente.