A pesar de sus 50 toneladas y medir 14 metros de largo, poco más de 20 kilos de plásticos fueron suficientes para provocarle la muerte a una ballena que fue hallada esta semana en la costa Helling, en Holanda.
Según investigaciones de la Sociedad de Protección de la Fauna Alemana, estos materiales proceden de las cubiertas de plástico que son usados en los invernaderos de los Países Bajos, hecho que ya habían denunciado ante el continuo registro de casos similares.
La muerte de este cetáceo es la segunda que ocurre en el año en circunstancias idénticas, ya que en marzo pasado otra ballena murió en las costas de Andalucía, en España, tras ingerir plásticos de invernaderos de Almería y Granada.
Asimismo, este grupo alemán que lucha contra el maltrato animal dio a conocer escalofriantes datos a raíz de este nuevo hallazgo. Según indican, cada año mueren más de un millón de aves marinas y unos cien mil mamíferos marinos debido a los materiales plásticos. Además detallan que en cada kilómetro cuadrado de la superficie marítima existen un promedio de 18.000 piezas de plástico, que representan el 15% del total. El resto se encuentra sumergido en el fondo del mar.
