A pocas horas de las celebraciones de Halloween, a los dueños del supermercado Europris les pareció una buena idea poner a la venta ‘carne humana’ empaquetada, que en realidad se trataba de un juguete de plástico. El objeto emulaba distintas partes del cuerpo, con sangre, sello y su correspondiente etiqueta con el precio y la información nutricional.
Su ubicación en el comercio no daba lugar a la confusión. Lejos de las carnes de animales, se encontraba en la sección juguetería y se aclaraba que su finalidad era la celebración de la ‘noche de brujas’. Sin embargo, los reclamos de los clientes fueron en aumento, y la empresa no tuvo más remedio que retirar el producto de los stands.
El director de compras de la compañía, Knut Spaeren, dijo: “Nuestra intención era, obviamente, no molestar a nuestros clientes. Ahora estamos retirando los productos de los que se han quejado las personas, incluyendo las manos cortadas.”