La Unicef y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR) informaron a través de un comunicado conjunto que la cifra de niños, que se vieron obligados a dejar sus viviendas por el conflicto en Siria, ascienden a un millón y comprenden la mitad de los refugiados en diferentes países del medio oriente.
De esta cantidad de infantes, 768 mil tienen menos de 11 años, mientras otros dos millones tuvieron que ser desplazados dentro de su país para protegerse. También se informó que al menos 7.000 niños han muerto durante los enfrentamientos entre el ejército de Bashar al Assad y la oposición armada.
Sin embargo, las agencias advirtieron que "los niños refugiados se enfrentan a peligros como la explotación sexual, los matrimonios y trabajos forzados, así como el tráfico de menores". Por su parte, el funcionario de la ACNUR para los refugiados, Antonio Guterres, indicó que "lo que está en juego es nada menos que la supervivencia y bienestar de una generación de inocentes".
Por ello, la ONU puso en marcha "la mayor operación humanitaria en su historia", movilizando recursos para los millones de afectados por el enfrentamiento, sin embargo, aún no han podido recolectar el 38% de los 3.000 millones de dólares que tienen programados para atender necesidades básicas hasta diciembre próximo.