Según el periódico francés, Le Monde, la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) también tendría un programa de espionaje electrónico similar a PRISM de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), que fuera denunciada por interceptación de comunicaciones.
Detallaron que la información se almacenaría en un supercomputador que procesa los datos desde el sótano ubicado en la DGSE y al que pueden acceder otros servicios de inteligencia franceses. Estos datos comprenden mensajes, llamadas telefónicas, SMS y faxes de ciudadanos extranjeros.
El objetivo de este control sería el poder realizar un seguimiento del comportamiento de grupos terroristas, sin embargo, el diario indica que la compartición de los datos sería ilegal, pues según la legislación francesa, está prohibido realizar investigaciones en masa.
En los últimos días, el presidente Françoise Hollande y varios ministros se mostraron indignados por las prácticas de Washington, sin embargo, un miembro del Parlamento francés reveló al periódico que "gran parte de las conexiones electrónicas en Francia son en realidad interceptadas y almacenadas por la DGSE".
