El Santo Padre ha oficiado en la cárcel romana de menores de Casal del Marmo, la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, durante la cual lavó los pies a doce jóvenes allí recluidos.
El Obispo de Roma lavó los pies arrodillado, después los secó y los besó. Durante el intercambio de la paz, besó a los doce muchachos. También dio personalmente la comunión.
Esta ha sido la primera vez que un Papa oficia la misa del Jueves Santo en una cárcel y no en la basílica de san Juan de Letrán, que es la catedral de Roma y la que le pertenece como obispo de la misma.
Visto que Francisco, elegido Papa el 13 de marzo, todavía no ha tomado posesión de San Juan de Letrán (lo hará el 7 de abril), en un principio el Vaticano anunció que celebraría los oficios del Jueves Santo en la basílica de San Pedro.
Pero el Papa Bergoglio ha preferido hacerlo en este reformatorio de menores, que ya visitó en 1980 Juan Pablo II y en 2007 Benedicto XVI, en el que se encuentran recluidos 46 jóvenes, de ellos 35 varones y once mujeres de entre 14 y 21 años.