Tras su criticado viaje a Botswana, para cazar elefantes, por el que tuvo pedir perdón, el monarca, de 74 años, ha pasado a ser “persona no grata” en un pueblo de Cataluña.
La municipalidad de la Berga, situada en la provincia de Barcelona y con algo más de 17,000 habitantes, aprobó por unanimidad una moción al respecto presentada por un partido independentista local.
La declaración del soberano como “persona non grata” alude a que el comportamiento del rey “se ha visto marcado por todo tipo de escándalos y delitos”, en referencia a su viaje a Botswana.
Juan Carlos I no es rey “como resultado de un proceso democrático”, sino como consecuencia de la herencia dictada por su antecesor, Francisco Franco, señala la moción.