Los talibanes atacaron hoy –en el primer año de la muerte de Osama Bin Laden– una residencia para ciudadanos extranjeros cerca de Kabul, la capital, causando la muerte de siete personas.
Los ataques ocurrieron unas horas después de finalizar la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, y demostró otra vez la capacidad de los extremistas talibanes, para golpear en una ciudad ultra protegida.
Según las primeras informaciones, esta mañana una serie de explosiones estremecieron Kabul. Los rebeldes detonaron un coche bomba ante el “Green Village”, un complejo que alberga a empleados de la ONU, de la Unión Europea y de una ONG.
El Ministerio del Interior informó que todos los fallecidos, un guardia y seis civiles, son afganos. El ataque también hirió a 18 personas, ocho de las cuales permanecen internadas en un hospital cercano en estado grave.