Con su cara y dulce voz revolucionó la música tropical desde que pisó el escenario, su nombre era Míriam Alejandra Biamchi, pero el mundo la conoció Gilda. Ella fue una artista argentina de clase media, que sin mayores pretensiones, se convirtió en todo un icono en este género musical sobre todo en su ciudad natal, Buenos Aires.
De su vida personal no se sabía mucho, hasta que falleció en un accidente de tránsito y en la actualidad, poco más de 22 años, la Gilda Manía Revive y muchos la veneran como una “Santa”, incluso, en el lugar del accidente construyeron un santuario en honor a la artista.
En vida la artista negaba tener dotes de curación, pero sí creía en las de la música. Casada y con dos hijos, decidió a los 30 años renunciar a su trabajo como maestra de guardería para cumplir el sueño de ser cantante.
Hoy, cientos de fotografías, ofrendas, placas, flores y diferentes recuerdos adornan el lugar que es visitado a diario por sus seguidores, y muchos de ellos le atribuye toda clase de milagros.
A las afueras del cementerio, se puede ver a personas de todas las edades esperando pacientemente su turno para visitar la tumba de la cantante, pues los fieles le piden favores, y según dicen ella los cumple.
Sobre Gilda se han escrito libros e incluso tiene una película protagonizada por la actriz Natalia Oreiro.
Lo cierto es que mientras sus seguidores hacen todo lo posible porque su temas sigan vigentes, el fanatismo por Gilda se convierte en una especie de devoción.
