El diario sensacionalista The Sun agregó que Isabel II está muy descontenta con la decisión de posponer la boda para el sábado, pues ese día se cumple el tercer aniversario de la muerte de la Reina Madre.
"¿Por qué a mí?", afirmó un príncipe Carlos "furioso y desesperado" tras conocer que debía posponer su boda, escribió a su vez el tabloide Daily Mirror.
"La reina Isabel II está desesperada por la maldición que existe sobre la boda de su hijo", tituló The Sun.
"El príncipe Carlos y Camila Parker Bowles deberán casarse el sábado por la mañana tras un fiasco por cuatro bodas y un funeral", ironizó ese mismo medio.
The Sun indicó, además, que la monarca "está totalmente exasperada" por los contratiempos sufridos por su hijo.
"Todo ha salido mal desde un principio. La reina siente que la boda está maldita. Es una gran vergüenza y muestra ahora a la Familia Real como un chiste del que se ríen todos", declaró a ese diario un cercano de la soberana.
"Se le ha pedido que celebre la boda un día muy triste para ella" por el aniversario del deceso de la centenaria reina madre, explicó al Sun la fuente real, y agregó que el sábado también se juega la carrera de caballos Grand National, favorita de Isabel II.
"La gran fiesta de Camila está maldita y maldecida", estima el tabloide Daily Express, mientras que el conservador Daily Mail, calificó la boda "como un evento afectado por la mala suerte".
LOS OTROS CONTRATIEMPOS
La prensa británica se hizo eco así de la seguidilla de contratiempos que enfrentaron Carlos y Camila en relación a su enlace, anunciado el 10 de febrero pasado, entre ellos, el cambio de lugar de la ceremonia, del castillo de Windsor al ayuntamiento local, la ausencia de Isabel II en el acto civil, y la polémica por la legalidad de la boda.
Sin embargo, los periódicos The Guardian y The Times elogiaron la decisión del príncipe de Gales de posponer por un día su boda con Parker Bowles, para viajar a Roma y participar en las exequias del Sumo Pontífice.
El cambio de fecha de la boda significa un gasto extra de un millón de dólares para el contribuyente británico, ya que deberá pagarse a la policía y empleados del castillo de Windsor por el trabajo del viernes.
Además, la Casa de la Moneda deberá crear nuevamente monedas conmemorativas con la fecha exacta de la boda, de la misma forma que el Royal Mail, que ayer mantuvo una reunión de emergencia para decidir qué hacer con las estampillas ya impresas con la fecha incorrecta de la boda.
"Ha sido una pesadilla desde que anunciamos el cambio de fecha de la boda real. Ahora, todos los empleados de palacio están trabajando para comunicarle a los 750 invitados de los cambios, como también a las empresas de comidas, flores y todos aquellos vinculados con el casamiento", declaró una fuente real al Sun.