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Miércoles, 09 de marzo del 2005

Alemania llora muerte de la actriz Brigitte Mira

Alemania llora hoy la muerte de Brigitte Mira, una de las actrices más longevas del país, a la que Rainer Werner Fassbinder convirtió en genial fregona casada con un marroquí varias décadas más joven en Angst essen Seele auf (1974).

Alemania llora muerte de la actriz Brigitte Mira

Alemania llora hoy la muerte de Brigitte Mira, una de las actrices más longevas del país, a la que Rainer Werner Fassbinder convirtió en genial fregona casada con un marroquí varias décadas más joven en Angst essen Seele auf (1974).




La alcaldía de Berlín, su ciudad de adopción, puso a disposición de los ciudadanos un libro de condolencias en honor de Brigitte Mira, "Biggi" para los amigos, fallecida el martes, unas semanas antes del que habría sido su 95 cumpleaños. En sus casi ochenta años en activo, Mira transmitió a sus conciudadanos "las grandezas y debilidades del ser humano", afirmó el Presidente del país, Horst Koehler, para quien la actriz fue ejemplo de versatilidad interpretativa, corazón e ironía. La popular actriz, que en octubre pasado se había propuesto aún subir a un escenario pero tuvo que desistir por razones de salud, se encontraba desde hacía semanas ingresada en la unidad de cuidados intensivos de un hospital berlinés. Con su muerte se cerró la dilatada carrera de esta actriz y cantante, en cuya trayectoria se alternan las series de televisión más populares con los autores comprometidos. Para el cine internacional, Mira fue esa mujer de la limpieza sesentona casada con un inmigrante, que Fassbinder llevó al Festival de Cannes en 1974, con la mencionada película. El director alemán corroboró luego su descubrimiento en la teleserie Berlin Alexanderplatz (1980) y la película Lili Marleen (1981). Para el telespectador germano, la diminuta pelirroja era una de las tres protagonistas de Drei Damen vom Grill (literalmente, Tres damas a la plancha), una célebre serie televisiva en la que hacía alarde de "morro berlinés", como se llama al peculiar acento de la capital. En lo privado, Mira aunó también un poco de todo. Nacida en Hamburgo, el 20 de abril de 1910, y de origen judío por parte paterna, la actriz se reprochó siempre haber participado en filmes del aparato nazi en la década de los 40. "No fui valiente, tenía miedo", confesó años después Mira, quien debutó con 15 años como cantante de opereta, desoyendo el consejo paterno de dedicarse a la pedagogía. Tras la turbulenta década de los 40, Mira siguió batallando por su carrera, aunque a menudo tuvo que trabajar "por un saco de patatas" a modo de sueldo, como recordaba en sus memorias. En los años 70, su rostro y media melena pelirroja se convirtieron en habituales de la pequeña pantalla, lo que no le impidió trabajar en teatro con autores como Peter Zadek. Con Fassbinder le llegó el reconocimiento internacional, pero este camino quedó de nuevo truncado con el fallecimiento del director, en 1982. Brigitte Mira nunca pensó que sobreviviría al realizador que la llevó a Cannes, como tampoco creyó que iba a hacerlo a su quinto y último esposo, el director estadounidense Frank Guarente, casi veinte años más joven que ella, muerto en 1983. Para los alemanes, la actriz era una especie de ser inmortal, que con más de noventa años y a pesar de los achaques los emocionaba con esporádicas apariciones en galas televisivas o en los teatros berlineses. En febrero de 2003 tuvo un homenaje en uno de los programas de más audiencia del país -Wetten, dass...?- y en 2004 tuvo aún un papel en una serie de televisión. Pero unos meses después canceló los ensayos para un festival berlinés, tras un desvanecimiento. En una de las múltiples semblanzas ofrecidas ayer y hoy por la televisión, se veía a la nonagenaria actriz cantando aún, firme junto al piano, una premonitoria canción de alguien que se acerca al fin de sus días y se pregunta: "Y, ¿acaso ha sido eso todo?".

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