Sólo música, ningún mensaje ni consigna política en este concierto, únicamente una paloma de la paz dibujada por los fuegos artificiales que cerraron la actuación de Dylan, a punto de trasladarse en autobús desde la capital guipuzcoana hasta la ciudad francesa de Perpignan.
Mikel Laboa, una figura carismática entre los cantautores vascos, abrió el Concierto por la Paz, que tras Dylan y el pinchadiscos Javi P3z cerrara pasada la medianoche el grupo catalán Macaco.
Maggie's farm, Times they are a-changin y Down the cove fueron los temas con los que Bob Dylan comenzó su actuación, colocado en un segundo plano, de pie ante el teclado, y ataviado con el traje y sombreros negros que ha vestido en los cuatro conciertos ofrecidos en España.
Situado tras uno de los guitarristas, no cambió su posición, sólo unos paseos al fondo del escenario entre canción y canción y ningún gesto hacia el público, a excepción del saludo final de todo el grupo y de las palabras que pronunció antes de los bises para presentar a sus músicos.
Sí hubo, al menos, una concesión a los organizadores del Concierto por la Paz, a los que permitió difundir imágenes por las dos pantallas laterales instaladas a ambos lados del escenario, cosa a la que se había negado inicialmente.
Ya había empezado a anochecer cuando se oyeron los primeros acordes de una casi irreconocible Mr. Tambourine man, a la que siguieron I'll be your baby tonight, Tweedle doe and tweedle dum, Don't think twice, it's all rigth y Summer days.
Antes, las miles de personas que prácticamente llenaban la playa y las que se encontraban en las gradas instaladas junto al Kursaal, pudieron escuchar otros temas, como To Ramona o It's all rigth, Ma.
Doce canciones en total que precedieron a Like a rolling stone y All along the watchtower, los dos bises que está repitiendo en la gira, y ninguna de ellas fue Masters of war, una de las que le hubiera gustado a la organización, la cual mostró varias veces en las pantallas gigantes, entre la actuación de Laboa y la de Dylan, una estrofa de Talkin'world war III blues, que el músico de Minesota compuso en 1963 y que hoy no sonó en la Zurriola.
Laboa, que ha cumplido ya 72 años, interpretó seis canciones en la media hora larga que estuvo en el escenario, entre ellos, algunos de su nuevo disco, pero sin olvidar temas ya clásicos, como Ihesa zilegi balitz y Txoria txori.
(Agencias)