Es diciembre y todo lo que nos rodea es rojo, verde y dorado. Cuando vemos estos colores, inmediatamente los asociamos con la Navidad. Pero no se trata de que fueron elegidos porque sí, tienen su significado y su origen.
Rojo: tiene un significado religioso en la época navideña, pues representa la sangre de Jesucristo. El rojo vibrante también aparece en el traje de Papa Noel, que se hizo popular cuando Coca-Cola usó un traje rojo para vestirlo en la publicidad de la década del siglo XX, para que coincida con el color de las latas de su gaseosa.
Verde: simboliza la juventud y la vida eterna de sus hojas perennes. Las tonalidades verdes no tienen por qué estar limitadas al árbol de Navidad, el esquema del color se utiliza a menudo en coronas, guirnaldas, adornos, regalos, manteles e incluso en la Navidad China.
Dorado: las antiguas celebraciones paganas de invierno se centraban en el sol en un tiempo de fría oscuridad, por eso se le da tanta importancia a la iluminación (el dorado representa al sol).
Además, las luces de Navidad, las velas y la estrella encima de un árbol de Navidad pueden recordar a los cristianos la luz que los Reyes Magos siguieron para encontrar al niño Jesús.