El Día de los Santos Inocentes fue implementada por la Iglesia Católica para conmemorar a los niños que mandó a matar el rey Herodes I “El Grande”, gobernador de Judea durante el tiempo que nació Jesús.
La historia narra que unos Reyes Magos aparecieron en Jerusalén, guiados por una estrella que los llevaría con el futuro Monarca de Israel. Herodes, obsesionado con el poder, daría la orden acabar con la vida de todo menor de dos años. Sin embargo, no hay una evidencia histórica que afirme que este relato haya sucedido.
Cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, se empezó ha reemplazar progresivamente las celebraciones paganas. Uno de los cambios más conocidos es la Navidad, ya que durante el 25 de diciembre se le rendía culto a Saturno, dios romano.
En la Edad Media es donde toma mayor fuerza porque se cruzaba con el Día de los Locos. Fue así que la Iglesia cambió estas fechas e instauró el Día de los Inocentes. La prohibición de estas está registrada en documentos de la época. Uno de tales escritos se puede encontrar en el Archivo Municipal de Valencia contra la fiesta del rey pájaro.