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Miércoles, 02 de noviembre del 2016

Esta es la estremecedora carta de una actriz porno a su hijo por nacer

Aurora Snow se retiró de la industria del cine porno hace más de tres años. Sin embargo, antes enfrentó con coraje la pesadilla de cualquiera de sus compañeros: explicar a su hijo lo que hizo.




Imágenes: Internet.

Muchas cosas se dicen del mundo de la pornografía. A veces demasiadas para poder soportarlo. Sin embargo, entre las cosas que no se dicen y que seguro la mayoría olvida es que quienes trabajan en este negocio son seres humanos como nosotros: con sentimientos, sueños, familia y hasta hijos.

Rebecca Kensington es una exactriz porno que se hizo conocida con el nombre de Aurora Snow y que se retiró en el año 2013 debido a la llegada de su primer hijo. Sin embargo, hubo otro gran detalle: ella decidió escribirle una carta para hablar claramente sobre este tema.

Aurora Snow’ es el nombre que Rebecca eligió por el nombre de sus dos personajes de Disney favoritos: Aurora por la Bella Durmiente y Snow por Blancanieves. Si este detalle de por sí puede ser conmovedor, la carta que esta brillante joven escribió al hijo que aún llevaba en su vientre rompe el corazón.

A través de una columna que escribió en el portal Daily Beast, ella demostró el coraje necesario para abrir su corazón y tocar un espinoso tema que casi todos en su lugar quisieran ocultar. En la misiva ella expone las razones que la llevaron a tomar esta decisión y aconseja a su hijo.

Aurora Snow hizo pública la carta con la esperanza  que su hijo, en el futuro, pueda encontrarla en Google antes que alguno de sus videos o imágenes pornográficas. Aquí te presentamos la publicación, traducida.

La carta de una estrella porno a su hijo no nacido

Busca en Google 'Aurora Snow' y encontrarás algunas cosas terribles. Ella le dice a su hijo no nacido por qué escogio unirse a la indistria del cine para adultos -y tener sus propios hijos-

“Estaba en la oficina del doctor, boca arriba con gel frío en mi barriga ligeramente hinchada, escuchando un segundo latido venir de dentro de mí. La ecografía lo hizo real. Cuando me dijeron que era un niño, toda mi vida pasó frente a mis ojos. Me sentí responsable por las decisiones que tomé. Tengo que explicarme ante mi hijo algún día. Esto es lo que le diría:

Hijo mío,

Mientras escribo esto, todavía no llegaste al mundo, no debes nacer hasta mediados de diciembre. En el momento de leer esto serás lo suficientemente mayor como para navegar por Internet y tendrás la edad suficiente para que te gusten las niñas y también para saber el nombre de Aurora Snow. Temí este día desde hace muchos años y mi esperanza es que encuentres este artículo antes de tropezar accidentalmente con las fotos o videos que muestran a tu madre de una manera que nunca quiso que vieras. Me explico.

Tu madre creció muy, muy pobre. A principios de 2000, iba a la escuela en la UC Irvine, y aunque yo era una estudiante de honor, con altas notas en los exámenes, y pasaba semana tras semana llenando solicitudes, aún me estaba ahogando por los préstamos estudiantiles. Frustrada y sintiendo que mi oportunidad de tener una educación superior se escapaba, respondí a un anuncio en el periódico Orange County Register.

La gran letra negrita capturó mi atención: Modelos de desnudos femeninos. Gana 2000 dólares al día.

No tenía vergüenza y necesitaba el dinero. Sabía a ciencia cierta que no quería una familia propia. Fue en una época antes de que todo y todos estuvieran en Internet, y en verdad pensé que podía esconderlo de mi madre, de mi padre y de mis hermanos. ¿Qué tenía que perder? Pensaba estar en eso por un año, pagar mi deuda e irme sin mirar atrás. No funcionó de esa manera.

Imágenes: Internet.

La atención me hizo sentir bien. El dinero era increíble. Pero incluso con la atención nunca me sentí guapa. Pensaba que en cualquier momento se darían cuenta de que habían cometido un error y me pedirían que me fuera a casa y traerían una chica bonita al estudio. Nunca lo hicieron. Y el trabajo de posar desnuda pronto dio lugar a que alguien me preguntara si quería tener sexo ante cámaras por dinero. Aún más dinero. Le dije que sí, y esa decisión me arrastró por el accidentado y colorido camino del cine adulto.

Por razones que se escapan a mi comprensión, me siguieron pidiendo que hiciera películas. Pronto estaba en las carátulas, en pósters e incluso en programas regulares de televisión. Tu bisabuela fue la primera en descubrir la profesión secreta de tu mamá (ella me vio en una cinta VHS en casa de su amigo), y rápidamente informó a tu abuela y a tus tíos. Aunque estaban decepcionados con mi elección, nunca dejaron de amarme y estuvieron a mi lado sin importar qué.

Tu abuela pensó que debía hacer algo con mi mente y no mi cuerpo. Se preocupaba mucho por mí y siempre esperó que encontrara mi camino de salida. Aunque nunca lo hablé directamente con tus tíos, la cuestión siempre estuvo en el ambiente. Tu abuelo vivía en otro estado, y se enteró de lo que estaba haciendo cuando me vio en el programa de televisión de Howard Stern. En retrospectiva, estoy muy agradecida de haber sido una de las pocas chicas en el programa de Stern que conservó la ropa puesta. Mantenía mi sentido del decoro cuando no estaba en el estudio.

En este punto de tu vida, espero haberte enseñado la importancia de la honestidad, así que voy a ser honesta contigo. He hecho casi todo lo imaginable en mi carrera de actriz de cine adulto y si escarbas suficiente encontrarás cosas que considerarías terribles. Honestamente puedo decir que me acerqué al cine de adultos como un trabajo y, como cualquier trabajo que tuve, sentí que era importante dar lo mejor de mí. A veces hacer bien mi trabajo significaba hacer cosas bastante asquerosas. Espero que nunca las veas.

El 20 de febrero de 2009 hubo un cambio radical en mi vida. Tu tío Keith tuvo un accidente de moto y se rompió el cuello, y sus dos hijos pequeños quedaron a mi cargo. No tenía idea de qué hacer con los niños, pero me vi obligada a aprender mientras cuidaba de tus primos por un par de años, mientras tu tío Keith se recuperaba. Durante ese tiempo, algo cambió. Sentí que algo poderoso pasaba en mí cuando uno de mis sobrinos pasó sus brazos alrededor abrazándome con su vida y dándome su amor incondicional. De repente me di cuenta: “Oh m****, quiero mi propia familia”.

Nunca creí en el amor y estaba muerta de miedo de que algo o alguien me atrapara. Yo era un espíritu libre que podía elegir y proceder en un instante, pero esos sentimientos se desvanecieron cuando me di cuenta de lo que me estaba perdiendo.

 Mis prioridades cambiaron. Ya no era la chica dispuesta a hacer cualquier cosa, en su lugar me convertí en una mujer con un objetivo. Quería una familia, pero primero tenía que encontrar a alguien con quien crearla. No era una tarea fácil. Un buen amigo mío me presentó a un simpático chico granjero del medio oeste, que por casualidad también trabajaba en el sector del entretenimiento, creando shows de TV. Él era cálido, encantador y muy orientado a la familia.

A pesar de que yo quería salir de ese mundo, es difícil cambiar después de dedicar una década de tu vida a una carrera, sin importar cuál sea la carrera. Tu padre reconoció el círculo en el que estaba atrapada y dijo: "Solo aprieta el botón de eyección”. Fue un consejo que estaba lista para escuchar. Por primera vez tuve la motivación y el coraje de dejar el negocio.

Hijo, espero que este artículo te ayude a entender y te prevenga de hacer clic en mis videos pornográficos. Las decisiones que tomamos pueden cambiar nuestro camino para siempre de una manera que no podemos entender en ese momento. Tomé decisiones que me llevaron por un camino que muchas personas condenan. A pesar de lo que pensé entonces, estas son las decisiones que ahora estoy explicando a mi propio hijo. Todo se reduce a las elecciones. Si hubiera sabido un día cambiaría mi forma de pensar y querría una familia propia, hubiera tomado decisiones completamente distintas. No puedo decir que hubieran sido mejores, porque cada decisión que tomé me llevó a este punto y no me retracto. Cuando tienes 18 años es fácil ver el futuro y saber exactamente qué es lo que quieres y lo que no, pero sólo 10 años después ves el panorama.

Así que recuerda, cuando tomes grandes decisiones en la vida, piensa en el futuro y pregúntate, "¿podré vivir con eso?”. Mi respuesta está en esta carta que espero que hable por sí misma.

 Con amor,

 Mamá.”

Imágenes: Internet.

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