Dicen que quien no sufre por amor es porque no ha amado de verdad. Sin embargo, para algunos amantes este sufrimiento puede ser extremadamente trágico. Así le sucedió a Luis Ernesto Briceño, un joven militar que tomó una drástica decisión para ponerle fin a su idílico romance.
Era el 2 de diciembre de 1915, cuando el capitán del Ejército decidió acabar con su vida en la playa La Herradura, cansado de la oposición de su familia a la relación que mantenía con la concertista Rosa Requeman, quien llegó a su vida a cambiarlo todo.
Su cuerpo fue encontrado junto al cadáver de su amada a orillas del mar. Nunca se supo con certeza si ambos tomaron la fatal decisión de suicidarse o fue Briceño quien asesinó a la joven para después quitarse la vida. Lo cierto es que su bello romance terminó en un trágico baño de sangre.
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