Durante un viaje reciente a la fosa de las islas Marianas, el lugar más profundo del planeta, los científicos registraron a este peculiar y fantasmal pez nadando alrededor de la cámara a nada más y nada menos que 8143 metros de profundidad.
Por la conformación de su cuerpo los científicos lo identificaron inicialmente como miembro de la familia Laparidae, pero hay algunas diferencias como sus aletas translucidas, sus apéndices largos y su cola similar a la de las anguilas que le permite ese movimiento etéreo y fantasmal.