Ingeniero de profesión, el genial Roberto Gómez Bolaños, no ejerció su profesión para dedicarse a lo que fue la pasión de su vida: actuar y escribir libretos de televisión. A lo largo de los años su genialidad le regaló al público personajes entrañables como El Chavo del Ocho, El Chapulín Colorado, Chaparrón Bonaparte, El Doctor Chapatín, El Chompiras, entre otros.
A nuestro país llegó por primera vez en 1979 cuando El Chavo del Ocho se encontraba en todo su apogeo.