La cantante no gana para disgustos. Tras su «traumática» experiencia en un centro nocturno tailandés, ahora Rihanna pasó por un mal momento al ser expectorada por miembros de la dirección de la Gran Mezquita de Abu Dhabi.
La artista acudió al templo para improvisar una sesión de fotos. La estrella del pop, que había ofrecido un concierto el sábado anterior en esa ciudad, publicó alguna de esas fotos en la red social Instagram, donde se la ve en el patio central de la mezquita, vestida con un mono negro y con la cabeza debidamente cubierta, y con los labios y las uñadas pintados de rojo carmín.
En las imágenes, la artista adopta poses sugerentes, recostada sobre el borde de un estanque o en cuclillas, con los brazos sobre el pecho, algo que los guardianes del templo consideraron «inapropiado» y la expulsaron sin mediar palabra y no la dejaron culminar sus sesiones de fotos.
Considerada como una de las mayores mezquitas del mundo, con una capacidad de 40.000 fieles, la Mezquita Sheikh Zayed es un edificio de mármol blanco rodeado de estanques. Es una de las principales atracciones turísticas de la capital emiratí y está abierta también a visitantes no musulmanes.
