Uno de los ejemplos más famosos es del expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, durante una rueda de prensa junto a su homólogo ruso, Boris Yeltsin. En las imágenes se ve como Clinton pierde el control de la seriedad tras las declaraciones de Yeltsin al criticar a la prensa y afirmar que los fracasados son autores de insinuaciones.
Otro caso reciente es cuando el Ministro de Educación de Israel, Shai Pirón, no pudo contener la risa al presentar un informe preparado por otro miembro del gobierno, donde encontró la palabra ‘penetración’, hecho que le causó mucha gracia.