Las madres trabajadoras del Seguro Social de Salud (Essalud), encargadas del importante rol de la atención, cuidados y recuperación de los pacientes realizan en paralelo el más noble de los trabajos, criar y amar a sus hijos. Ellas viven comprometidas con la salud del país, pero también con el bienestar de sus familias, por eso hoy reconocemos sus historias de valentía y lucha.
En los rostros de Nila, Yovanna y Nelly se refleja una gran sonrisa, han terminado de atender a sus pacientes y nos brindan unos minutos para contarnos cómo es su ritmo de vida siendo madres, enfermeras, doctoras, emprendedoras, esposas e, incluso, abuelitas.
Mamá de gemelitas, pero también de bebés prematuros del hospital Almenara
Es el Día de la Madre y por los pasillos del hospital Guillermo Almenara se escuchan los pasos presurosos de la enfermera Nila Escudero, quien lleva en sus manos su bolso y refrigerio, pero en su mente y corazón, a sus dos pequeñas gemelitas que acaba de dejar en casa para poder ir a trabajar, a cuidar a otros bebés que también necesitan de ella.
"El momento de la despedida es bastante difícil, pero yo les explico que estoy yendo a cuidar a otros bebés que también necesitan de mí porque están enfermitos, sé que poco a poco ellas irán comprendiendo el importante trabajo de mamá como enfermera", cuenta la Lic. Nila, enfermera asistencial del Servicio de Neonatología del hospital Guillermo Almenara, desde hace quince años.
Convertida en madre desde un año y 11 meses, la licenciada Nila tiene además un emprendimiento de ropa. Así su ritmo de vida es bastante fuerte pero el amor y la pasión hacen que el trabajo como madre, profesional y emprendedora sea más llevadero.
"En este día de las madres mi corazón estará partido en dos, una parte junto a mis gemelitas y otra junto a mis prematuros, quienes tampoco podrán tener a su mamá cerca todo el día entonces nosotras las enfermeras cuidaremos de ellos", finaliza Nila.
Unidas por el amor y la vocación a través de generaciones
En este día de las madres un fraterno abrazo en uno de los pasillos del hospital Edgardo Rebagliati refleja el amor y admiración que existe entre la licenciada Nelly Loayza y su hija, la doctora Yovanna Gómez Loayza. Además de amor, en esta historia también se transmitió la vocación.
"Cuando mi hija me dijo que quería ser doctora y ya estaba por acabar la carrera la llevé a una sala de operaciones, a su salida me contó que sudó frío, que tuvo que salir a respirar pero que regresó y terminó más convencida que nunca que esa era su profesión", cuenta la Lic. Nelly, enfermera con más de una década de experiencia en la UCI.
El corazón de esta madre se llena de orgullo cada vez que escucha los comentarios de otros doctores en el hospital indicando que Yovanna es una excelente profesional, de trato muy cálido y una mejor persona.
"Por mi madrecita yo siento un gran respeto y admiración, durante muchos años y hasta el día de hoy veo cómo se entrega por sus pacientes y lucha para que ellos puedan salir adelante, es ella mi mejor ejemplo", cuenta la Dra. Yovanna, quién trabaja en el Servicio de Radioterapia con pacientes oncológicos.
El tesoro de la casa es Alejandra, hija de Yovanna y nieta de Nelly, una pequeñita de 8 años que juega a ser doctora, una niña que espera a su madre con los brazos abiertos y el corazón contento. Si la historia se repetirá o no solo el tiempo lo dirá, mientras tanto Yovanna y Nelly se dedican a darle siempre lo mejor que puede dar un corazón de madre.
