Laguna de Reparin en Huari: así fue el recorrido por "El espejito de Conchucos"

Este paradisiaco lugar de la laguna de Reparin en las alturas del distrito de Cajay, en la provincia de Huari (Áncash), es incomparable. La práctica de los deportes de aventura y el turismo rural comunitario resaltan con la ceremonia de pago al agua, pago a la tierra, puesta en funcionamiento del Canopy más alto, paseo en Bote, natación y la rica gastronomía andina.

Esta ruta de Ecoaventura inicia en la pintoresca laguna conocida como “El Espejito de Conchucos” porque en sus mágicas aguas se ven reflejadas el cielo y la tierra, cual pincelada natural. Los turistas nacionales y extranjeros llegan a este espejo de agua rodeado de naturaleza y aventura. Aquí los visitantes son recibidos con diversas y coloridas danzas.

Pidiendo permiso al dios agua y a las montañas, en el lugar se realiza la ceremonia de pago al agua, valorando el recurso hídrico y la tradición ancestral de las comunidades alto andinas que rinden tributo a este líquido elemento. En este ritual utilizan la coca, coloridas y aromáticas flores del campo, variedad de frutas y añaden el sonido de los pututos.

DEPORTES DE AVENTURA

La ecoaventura inicia con el Canopy, son mil metros de cable instalados en varios tramos sobre esta hermosa laguna. El primero es de 300 mts, el segundo es de 500 mts y el tercero es de 300 mts. Por ello, es considerado como el tercer Canopy más largo a nivel del Perú. Desde lo alto, los turistas aprecian el espejo de agua y la bella naturaleza.

Los viajeros disfrutan de la naturaleza y el medio ambiente con caminatas y a caballo, ellos observan la geografía agreste y abrupta, la belleza paisajística y sus montañas. Mientras otros la escalan y descienden sobre el Ruyrutzaga a más de 4 mil metros de altura, tras equiparse con implementos de seguridad.

GASTRONOMÍA LOCAL

Para reparar las energías perdidas en esta ruta de Ecoaventura, los visitantes degustan la rica gastronomía local como la pachamanca más grande, un plato bandera preparado en el lugar. 

Los ciudadanos calientan con leña los hornos de piedra, luego añaden kilos de carne, cuy, gallina, sacos de papa ecológica, oca, habas, humitas, shatu y otros productos, para luego ser degustados por todos los visitantes tras ser desenterrados.