María Elena Moyano fue la dirigente que se convirtió en teniente alcaldesa de Villa El Salvador, cuando era una ciudad autogestionaria.
Ella salió a las calles el 14 de febrero de 1992, en una marcha exigiendo paz. Aquel día, Sendero Luminoso había declarado un paro armado. Un día después, los terroristas la ametrallaron y dinamitaron su cuerpo fuera del local comunal en Villa El Salvador.
Pascuala Rosado, considerada luchadora social en Huaycán, fue otra de las mujeres que se opuso a la violencia de Sendero Luminoso, y quien recibió amenazas de las huestes de Abimael Guzmán.
Con apoyo del gobierno, estuvo asilada en Chile durante un año, pero dos años después de su regreso, en 1996, fue acribillada por los terroristas.