Pedir matrimonio en estos tiempos, además de una decisión muy meditada, es un reto a la imaginación y creatividad de uno de los interesados.
Por ejemplo, en Cajamarca, un enamorado joven organizó un operativo policial, que incluía su detención, para sorprender a su enamorada y pedirle la mano.
Tras el tenso momento que generó la supuesta detención, el muchacho desveló todo y le pidió de rodillas matrimonio a su enamorada, quien en medio de lágrimas aceptó.