En el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja, un padre de familia, Pedro Ito Rojas, inició una lucha por la salud de su hija adolescente, quien fue diagnosticada de una falla renal aguda. El amoroso progenitor no dudó en donarle uno de sus riñones para salvarle la vida.
Aracely I.V. (14) fue diagnosticada de un síndrome urémico hemolítico cuando tenía 3 años, provocando el deterioro progresivo de la función renal. Inició un tratamiento médico, pero a los 10 años le detectaron un problema renal que requirió el inicio de diálisis.
Paralelamente ingresó a lista de espera para un trasplante de riñón. Ante la falta de un donante, el padre de la menor se ofreció como voluntario. Tras los exámenes correspondientes y al ser calificados como compatibles se realizó la exitosa cirugía.