La suspensión de actividades de bares y discotecas en todo el país, para evitar la aglomeración de personas e impedir la propagación del Covid-19, ha tenido un impacto imprevisto, la venta y consumo de alcohol adulterado.
Según un reciente estudio sobre el comercio ilícito, en Latinoamérica se ha expandido el consumo de alcohol bamba, es decir, alcohol que se mezcla con otras sustancias químicas para venderlas a menor precio.
En nuestro país, solo durante el estado de emergencia la policía anunció la incautación de cientos de bidones industriales y botellas con licor presuntamente adulterado, que de ingerirse hubiera tenido terribles consecuencias.