La sede principal del Congreso de la República representa un peligro para todos los congresistas, empleados y público en general, por su deteriorada infraestructura.
Paredes con rajaduras, filtraciones de agua, cables expuestos, techos y pedestales a punto de colapsar, etc, son algunas muestras de la actual situación del Palacio Legislativo.
Los exteriores también están abandonados, rejas oxidadas, columnas sucias y escaleras con grietas se pueden observar en la plaza Bolivar y en plaza José Fautino Sánchez Carrión.
A solo dos años del Bicentenario, este es el aspecto que presenta, uno de los principales poderes del Estado, una joya arquitectónica que debe ser rescatada del olvido y la suciedad.