Una escena recurrente y preocupante es la de los linchamientos o ajusticiamientos populares en el que la población, cansada de los robos u otros delitos, se organiza, atrapa a los delincuentes y los somete a castigos que pueden ir desde los azotes hasta la propia muerte. Esto ocurre cuando la gente pierde la confianza en sus autoridades. Pero, ¿será esta la mejor solución o será acaso el primer peldaño para la propagación de más violencia?.
El Dominical