Santiago de Chile atrae a turistas con aventura extrema, vinos e infraestructura de primer nivel

Santiago de Chile, catalogada como “la ciudad bonita de Latinoamérica”, se promociona como un destino multifacético para turistas, especialmente peruanos. La capital chilena promociona su variedad de experiencias, desde turismo de aventura hasta enoturismo y reuniones de negocios.

A tres horas de vuelo desde Lima, ofrece desde deportes extremos en el Cajón del Maipo, un valle a una hora del centro, hasta degustaciones de vinos de élite en viñedos históricos. Perú se ubica entre los cuatro principales países de origen de visitantes internacionales, con 135 mil pasajeros que volaron a Santiago en el primer trimestre de 2024.

Maipo: 10 km de adrenalina a 2 mil metros de altura

El Cajón del Maipo es el epicentro de la aventura: cientos de turistas, incluidos peruanos, desafían los rápidos clase III y IV del río Maipo en un recorrido de 10 kilómetros que incluye chapuzones en aguas gélidas.

Esta actividad, realizada a 2 mil metros sobre el nivel del mar, se ha convertido en un imán para grupos que buscan experiencias al límite. El valle también sirve como escenario para paisajes andinos que contrastan con la modernidad urbana de Santiago.

Vinos premium y el edificio más alto de Sudamérica

Los viñedos de Santiago mezclan tradición y exclusividad: algunos vinos envejecidos superan los 500 dólares, aunque, como destacan los expertos, “el mejor vino no es el más caro, sino el que se comparte”.

Eventos como el lanzamiento de la vendimia en el SKY Costanera, el rascacielos más alto de la región con 300 metros, fusionan protocolo y turismo etnológico. Los visitantes pueden recorrer bodegas, participar en catas y aprender sobre procesos de producción en rutas cada vez más populares.

Hoteles de lujo y red de transporte

Santiago cuenta con 70 hoteles de 4 y 5 estrellas, siete líneas de metro y siete carreteras de alta velocidad que conectan la ciudad en minutos. El teleférico metropolitano, ubicado en el corazón de la capital, ofrece vistas panorámicas desde miradores urbanos, mientras la eficiencia del transporte público contrasta con el caos vehicular de otras capitales latinoamericanas.