Al filo del suicidio, al borde de un puente. Un hombre contemplaba la muerte desde donde se encontraba. Los autos pasaban con rapidez bajo sus pies a un distancia mortal de un simple salto.
Iba a acabar con su vida, pero un hombre abordo de una motocicleta se percató de sus intenciones y lo detuvo. El motociclista, quien iba por la carretera, lo observó y, a pesar de que tuvo que ir en contra del tráfico y arriesgar su propia vida, convenció a la persona de no suicidarse.
El hecho ocurrió en Minskaya, Rusia, y mientras el motociclista conversaba con el suicida , otro hombre quien también vio lo ocurrido llamó a las autoridades para auxiliar al joven.
Más tarde, se supo que el sujeto había acabado de perder a su madre e, incapaz de poder asimilar la pérdida, había intentado quitarse la vida.