Hace unos años, las imágenes de un niño que fumaba en Indonesia impactaron al mundo. Ardi Rizal era adicto a los cigarrillos y siempre se los pedía a sus padres para estar tranquilo y de buen humor.
A este evidente problema se sumaba su obesidad mórbida, condición que hacía pensar que la salud del niño iba a deteriorarse por lo que el gobierno indonesio tomó cartas en el asusto e intervino para tratar al niño.
El pequeño fue sometido a tratamiento durante dos años y logró recuperarse de la adicción al cigarro, pero sustituyó su vicio por la comida, por lo cual aumentó de peso. Debido a ello se vio obligado a volver con los especialistas por suerte mejoró notablemente.
Ahora a sus 9 años tiene un peso saludable y pudo superar sus obstáculos y vive feliz. Ardi Rizal asiste al colegio y se divierte como un niño propio de su edad.