
En plena pandemia las autoridades de Río de Janeiro autorizaron la vuelta del público a las canchas a partir del 10 de julio. Por el momento, el estadio de esa ciudad permitirá el acceso de los hinchas a las graderías, pero con una serie de restricciones para ejercer medidas de distancia social ante el avance del nuevo coronavirus COVID-19.
Las medidas que impone Río de Janeiro a los clubes tienen a una restricción de un máximo de un tercio de la capacidad de los estadios ocupado con público como punto más importante y los hinchas deberán estar separados por cuatro metros de distancia.
Brasil confían en reactivar de a poco la economía del fútbol, pero causando el menor daño posible desde el punto de vista sanitario.
Con esta medida, estadios como el mítico Maracaná podrán tener a poco más de 20 mil personas en sus tribunas en el reinicio del fútbol.