La tensión por el descenso de River Plate a la segunda división no cedió tras los violentos incidentes del domingo, que dejaron más de 70 heridos, al revelarse las amenazas al jefe de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona , y al árbitro del partido que determinó la pérdida de categoría, informó la prensa argentina.
"Hoy hablé con Julio Grondona a su casa y me confesó que no podía salir a la calle porque lo habían amenazado con motivo del descenso de River", aseguró el gerenciador y futuro presidente de Belgrano de Córdoba, Armando Pérez, al programa radial Deportivo Télam.
Belgrano derrotó este domingo a River en la serie por la promoción y logró ascender a primera, enviando a uno de los más grandes clubes de Argentina por primera vez a la segunda división.
Grondona no asistió anoche a la AFA, entidad en la que se montó en tanto un operativo especial de seguridad con policías y un carro de asalto.
La AFA suspendió además el lanzamiento de sellos postales de la Copa América Argentina 2011 que había previsto para hoy, a la vez que canceló la reunión de Comité Ejecutivo que iba a desarrollarse mañana en el predio de la localidad bonaerense de Ezeiza, donde concentra la selección argentina.
Por otra parte, también recibió amenazas de muerte al árbitro Sergio Pezzotta, quien tuvo a su cargo el partido en que River y Belgrano empataron este domingo 1-1, resultado que selló el ascenso del club cordobés por su triunfo por 2-0 en el partido de ida.
"Si no nos cobrás un penal no salís vivo", le advirtieron "barras bravas" de River Plate a Pezzotta durante el entretiempo del partido, según consta en el informe del juez, informó a la agencia Télam un integrante del Tribunal de Disciplina de la AFA.
"Te vamos a matar, cobrá un penal o te vamos a matar", amenazaron los hinchas violentos, según esta fuente. El árbitro había ignorado un penal a favor de River en el primer tiempo, cuando ganaba por 1-0, y cobró uno a falta de 20 minutos para el final del partido, cuando el marcador ya estaba igualado 1-1. Pero en esa ocasión, el arquero de Belgrano, Juan Carlos Olave, le atajó el disparo de los once metros al delantero local Mariano Pavone.
Por otra parte, la policía dispuso reforzar la seguridad tanto en el estadio Monumental de River Plate, que sufrió graves destrozos tras el partido, como en la vivienda del presidente del club, Daniel Passarella.