El tenis peruano tiene un nuevo referente. Ignacio Buse ha protagonizado un meteórico ascenso en el circuito ATP y se ha convertido en la principal esperanza nacional rumbo al Roland Garros 2025. El joven de 21 años se prepara para disputar su segunda clasificación a un Grand Slam, con hambre de revancha y un objetivo claro: superar sus propios límites.
CRECIMIENTO SOSTENIDO
En menos de un año, Ignacio Buse ha pasado del anonimato al protagonismo, subiendo más de 200 puestos en el ránking mundial y dejando atrás a figuras como Juan Pablo Varillas. Actualmente compite en el Challenger de Aix-en-Provence, donde ya venció a tenistas locales como Laurent Lokoli, Calvin Hemery y Moise Kouame, reafirmando su gran momento en polvo de ladrillo, su superficie favorita.
Este buen rendimiento le ha valido un lugar en la ‘qualy’ del Roland Garros 2025, su segundo intento de ingresar al cuadro principal de un Grand Slam. En enero disputó la clasificación del Open de Australia, donde cayó ante Dominik Koepfer, pero dejó buenas sensaciones ante un rival con más experiencia y mejor ranking.
EL ORGULLO DE PERÚ CON AMBICIÓN DE TOP 100
El ascenso de Buse no solo lo posiciona como la raqueta número uno del Perú, sino también como el futuro del tenis nacional. Su desempeño en la Copa Davis ante Chile, con una recordada victoria sobre Nicolás Jarry, marcó un antes y un después en su carrera. Hoy, con solo 21 años, lidera una nueva generación de tenistas peruanos con miras al top 100.
Con paso firme, Ignacio se alista para un desafío mayor en Roland Garros, sabiendo que no solo representa sus sueños personales, sino también la ilusión de todo un país que vuelve a creer en su talento. La cuenta regresiva para su participación en el Grand Slam francés ya empezó, y ‘Nacho’ quiere ser la gran sorpresa de París.
