Ya hemos comprobado que a veces las mayores historias de Río 2016 no están a simple vista. Pero en esta ocasión va más allá, porque esta enorme historia de amor a los animales ni siquiera tuvo como escenario una prueba.
Se trata de la jinete holandesa Adelinde Cornelissen (37), quien el pasado viernes 12 decidió no participar de estos Juegos Olímpicos para salvar a su caballo Parzival, que contrajo una fiebre debido a una picadura de insecto momentos antes de iniciar la competencia en la modalidad de doma.
“Con el fin de protegerlo, me di por vencida… Mi amigo, mi amigo el caballo que ha dado todo por mí toda su vida no se merecía esto… Así que saludé y salí de la arena”, contó en Facebook la deportista ganadora de una medalla de bronce y otra de plata en Londres 2012.
El animal tenía la cabeza hinchada y mucha fiebre un día antes de la prueba y los veterinarios concluyeron que había sido picado o mordido por algún tipo de animal venenoso. Pese a que los jueces consideraron que ya se había recuperado, Adelinde vio que su amigo no se sentía bien.
“En la arena se sentía totalmente vacío, no quería continuar. Él no se merecía esto”, añadió. Parzival ya tiene 19 años, y es probable que estos hayan sido sus últimos Juegos Olímpicos, pero ahora parece estar ya bien recuperado, según se ha informado.