El término de cada Copa del Mundo siempre supone la recopilación y el análisis de las estadísticas que dejó el certamen futbolístico: goles, goleadores, récords batidos, sorpresas, decepciones, héroes, villanos, etc.
Sin embargo, la organización Article 19 quiso ver más allá del ámbito deportivo y descubrió datos inquietantes que pocos o nadie conoce sobre lo acontecido en tierras brasileñas durante la fiesta deportiva.
En un notable y extenso documento, la organización expone los saldos rojos en un país descontento por los resultados de su equipo pero, sobre todo, por la enorme desigualdad y el exceso de inversiones que supuso albergar el Mundial 2014.
Será por ello que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, titubeó al entregar la Copa, en medio de abucheos generalizados. El mismo trato recibió el presidente de la FIFA, Joseph blatter, cada vez que se presentó al público.
Article 19 critica a la FIFA por “obligar al país anfitrión a invertir tan altas cantidades de dinero”, sin importarle los problemas sociales que se vivían en tierras cariocas. “El que nunca pierde es la FIFA”, agrega.
