El peruano pidió disculpas a la afición del Hamburgo por haber ocasionado su expulsión al golpear al arquero del Stuttgart, Sven Ulreich, indicando que el calor del partido y la frustración por haber perdido 3-0 lo llevaron a reaccionar así.
“Fue una pelota dividida, estaba frustrado, yo pensé que llegaba al balón. Fue una mierda porque perjudiqué a todo el equipo, por eso pido disculpas a mis compañeros y a los fans” relató Guerrero.
Paolo Guerrero dijo que tras el partido conversó con el portero del Stuttgart y este le aseguró que se sentía bien y que, además, cuenta con el respaldo de su entrenador, Thorsten Fink.
La Federación Alemana de Fútbol ratificó la suspensión de ocho partidos para el delantero peruano, quien no jugará en ninguna de las competiciones hasta el 22 de abril.