Cultura

Jueves, 13 de setiembre del 2007

Confirman que restos óseos hallados en templo San Cristóbal pertenecen a Paullo Inca

Los restos óseos hallados en el subsuelo del frontis del altar mayor del templo de San Cristóbal, en el Cusco, pertenecieron a Paullo Inca, hijo del inca Huayna Capac y hermano menor de los monarcas Huascar, Atahualpa y Manco inca, confirmó la historiadora María del Carmen Martín Rubio.

Confirman que restos óseos hallados en templo San Cristóbal pertenecen a Paullo Inca

Los restos óseos hallados en el subsuelo del frontis del altar mayor del templo de San Cristóbal, en el Cusco, pertenecieron a Paullo Inca, hijo del inca Huayna Capac y hermano menor de los monarcas Huascar, Atahualpa y Manco inca, confirmó la historiadora María del Carmen Martín Rubio.




La especialista indicó que se llegó a esa conclusión tras analizar diferentes elementos y factores, entre ellos los resultados del estudio de antropología física realizado a los seis esqueletos encontrados en el lugar del enterramiento. El análisis de antropología revela que los restos óseos eran de un hombre adulto, una adolescente, dos mujeres y dos niños. Según la historiadora, los restos del hombre pertenecen a Paullo Inca, quien fue enterrado al lado de las tres mujeres ligadas a él para acompañarlo en su paso a la vida futura. La adolescente que se encuentra a su costado posiblemente fue su esposa del momento y las otras dos mujeres tal vez sirvientas. Los niños habrían sido enterrados como ofrenda para cumplir con el rito de la Capacocha que se utilizaba con el concepto de purificar el paso del inca a la muerte. Así mismo, pruebas físicas y métricas practicadas al esqueleto de Paullo Inca indican que pertenecieron a un hombre de facciones andinas de 38 a 40 años, edad que se suponía tenía al momento de morir. Martín Rubio refirió que por las características descritas se trata de un enterramiento incaico con muy poca influencia cristiana. El hecho de encontrar mujeres denota que era un enterramiento inca, puesto que durante la colonia no era permitido enterrar mujeres en los altares de las iglesias y templos. Los cuerpos fueron enterrados con dirección hacia el sur donde se encuentra el templo del sol o Koricacha, además en el lugar se halló el esqueleto de la cabeza de un perro, que era el guardián de las tumbas de los incas. En cuanto a la parte cristiana, las manos de los esqueletos están en posición de orante y en el frontis del altar. Otro aspecto importante es que el enterramiento estaba sellado con cal y los cuerpos se encontraban ordenados. El lunes pasado fue hallado el contexto funerario a una profundidad que refiere que se realizó a principios de la colonia, época en la que vivió Paullo Inca. Sus restos están resaltados por un círculo de piedras de canto rodado lo que denota su jerarquía.

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