En Wolkertshofen, Alta Baviera, de Alemania arqueólogos han dado con un túmulo romano cuya particularidad es que no contiene restos humanos ni objetos funerarios. La estructura, un círculo de piedra de unos doce metros de diámetro, fue descubierta durante la construcción de una obra hidráulica y revela prácticas simbólicas de familias de alto rango en la antigua provincia de Raetia.
Cenotafios romanos: monumentos para honrar sin enterrar
El túmulo cuenta con un anexo cuadrado de aproximadamente dos por dos metros que probablemente servía como base para una estela o estatua. Este tipo de monumento, conocido como cenotafio, funcionaba como una tumba simbólica: rendía homenaje a un difunto enterrado en otro lugar y, al mismo tiempo, destacaba la posición social de la familia en la sociedad romana.
La ubicación del monumento, junto a una antigua vía de comunicación romana, sugiere que su propósito era visible a distancia, reforzando la presencia e influencia de la familia en la región. Según los expertos, hallazgos de este tipo en Raetia son muy poco comunes, por lo que el descubrimiento ofrece información inédita sobre la forma en que los romanos conmemoraban a personas importantes en zonas periféricas del imperio.
Los alrededores de Wolkertshofen cuentan con una historia de ocupación humana que se remonta al Neolítico, pasando por la Edad del Bronce y del Hierro, y llegando hasta la época romana y la Alta Edad Media. Este contexto arqueológico permite situar el hallazgo dentro de una tradición de asentamientos prolongada y compleja, que incluye tanto la vida cotidiana como las prácticas funerarias simbólicas de sus habitantes.


