Un hallazgo en la región Lambayeque podría reescribir la historia de las civilizaciones prehispánicas. Se trata de Huaca Ventarrón, un complejo monumental con más de 4 mil años de antigüedad, del que apenas se ha explorado una mínima parte. Los descubrimientos, hoy reunidos en una exposición en el Museo Tumbas Reales de Sipán, revelan evidencias únicas en América.
MURALES MILENARIOS Y CERÁMICA RITUAL
De acuerdo con el arqueólogo Ignacio Alva, solo el 5% del complejo ha sido excavado, pero lo encontrado —murales, tumbas y piezas cerámicas sin precedentes— sugiere que Ventarrón fue un centro ceremonial y funerario clave desde el 2600 a.C. hasta épocas posteriores. En sus muros aún se distinguen figuras de felinos y serpientes, consideradas representaciones religiosas anteriores incluso a Chavín.
Tras su abandono alrededor del 1900 a.C., el templo fue reutilizado como cementerio por la cultura Cupisnique. Allí se han hallado cerámicas decoradas con cabezas trofeo, animales mitológicos y evidencias del culto a deidades ancestrales, aportando nuevas pistas sobre los orígenes de la iconografía andina.
UNA HISTORIA AÚN POR DESCUBRIR
Ventarrón podría ser solo una parte de un complejo mucho mayor. Según Alva, hay indicios de más templos bajo toneladas de sedimento en las laderas del Cerro Ventarrón y sus alrededores. Esto podría convertir al sitio en un descubrimiento arqueológico más grande que Caral, hasta ahora considerada la ciudad más antigua de América.
La exposición “Los primeros constructores de templos y modeladores de paisajes en el norte peruano” muestra más de 60 piezas rescatadas tras el incendio de 2017 que destruyó parte del templo original. Vasijas ceremoniales, osamentas de animales y collares funerarios dan vida a una narrativa que apunta a un pasado mucho más complejo y descentralizado de lo que se creía hasta ahora.