Cultura

Hace un año

Áncash: Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Huanquillas

Se trata de una danza que vincula los elementos de la cosmovisión andina, constituyéndose como parte importante de la identidad cultural intergeneracional y fortaleciendo el sentido de pertenencia.

Foto: ANDINA



Mediante la Resolución Viceministerial N.º 000337-2023-VMPCIC/MC, el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Huanquillas del distrito de Pueblo Libre, en la provincia de Huaylas del departamento de Áncash, por tratarse de una manifestación que, a través de la música, la coreografía y la danza, expresa y transmite la tradición oral y la memoria histórica de su comunidad de portadores, constituyéndose en parte importante de su identidad cultural y fortaleciendo su sentido de pertenencia.

Enmarcada en el territorio de la denominada Cordillera Negra, la tradición oral relata que la danza Huanquillas del distrito de Pueblo Libre está asociada a la madre luna o killa en lengua quechua, dando así cuenta de la importancia que tuvo dicha deidad para la etnia de los Huaylas, que habitó la región mencionada en tiempo prehispánicos.

Algunos relatos de tradición oral local señalan que la palabra huanquillas implicaría una danza en honor a la huanca que simboliza la luna. Otras versiones señalan que la danza representa las antiguas luchas que existieron entre las etnias de los Huaris, dedicados a la agricultura; y de los Llacuases, dedicados al pastoreo. Estos grupos representaban la dualidad y complementariedad de los mundos hanan y rurin, respectivamente.

Además, testimonios recopilados asocian la danza con componentes guerreros, en tanto sus personajes llevan espadas y escudos como parte de su traje tradicional. Es por ello que consideran que los danzantes simbolizan a los defensores del pueblo y de sus tradiciones, tratándose de una danza con un fuerte contenido ritual que integra la concepción andina de la existencia de varios mundos que se conectan: el hanan patsa o mundo de arriba, el kay patsa o mundo presente, y el rurin patsa o mundo de abajo.

En 1982, la investigadora Elizabeth Den Otter, identificó la práctica de la danza Huanquilla como parte de las danzas que se ejecutan a lo largo del Callejón de Huaylas, describiéndola de manera similar a la mencionada, lo cual da cuenta de su vigencia a lo largo de las últimas cuatro décadas.

Sobre la danza y su vestimenta
La danza es realizada por un grupo de varones, el cual puede variar desde los ocho, los doce, dieciséis a más bailarines, de acuerdo a lo que decidan sus organizadores, siempre y cuando se trate de un número par en tanto se ejecuta en parejas. Estos son liderados por dos punteros, quienes son los danzantes más experimentados.

Los danzantes visten pantalón y camisa blancas, una pañoleta que cubre los hombros, cascabeles en la parte inferior de ambas piernas, sables, una manopla de madera denominada broquel, así como una montera o corona adornada con plumas de pavo real decorada con espejos en forma de estrella.

La comparsa también incluye el personaje del abuelo o awki, el cual viste de color rojo incluyendo pantalón, saco y gorro de dicho color, además de una cinta peruana que se porta atravesada sobre el pecho, así como una comadreja disecada. Porta un zurriago o chicote de cuero trenzado con el que despeja las calles para permitir el tránsito de los demás danzantes, así como una máscara de malla adornada con barba y bigote.

La coreografía de la danza está compuesta por una serie de pasos y/o mudanzas, cada uno con su propio nombre distintivo: rompe calle, ocho, adoración, ruedas, auronsho, batalla final y resurrección.

Cada paso o mudanza es acompañada por una melodía y ritmo distintivo, las que son interpretadas por dos músicos de roncadoras, nombre con el que se hace referencia a la ejecución combinada de una tinya grande o caja como instrumento de percusión con la mano derecha, y del rayán de madera o carrizo como instrumento melódico con la mano izquierda.

Hay una serie de tradiciones orales vinculadas a la diversidad de mudanzas o pasos de la danza, las cuales asocian esta práctica con la cosmovisión y la ritualidad originaria de este territorio, por lo que la referencia a la etnia Huaylas y el simbolismo de la luna mantienen viva la memoria colectiva fortaleciendo la identidad local. 

Finalmente, la danza Huanquillas del distrito de Pueblo Libre de la provincia de Huaylas del departamento de Áncash, es considerada como una expresión emblemática de su comunidad, anexos y caseríos, siendo un vehículo de identidad para las diversas generaciones de danzantes y familias que mantiene viva la tradición oral, memoria e histórica.

La transmisión de la danza se realiza por vía familiar, que va de los abuelos a sus hijos y a sus nietos, quienes enseñan a los niños a querer la danza y los motivan a ser parte de ella. Incluso es común que los más jóvenes reemplacen a sus parientes cuando dejen de bailar.

Sus pasos y mudanzas contienen elementos simbólicos de gran significado, expresando parte de la cosmovisión andina, rituales originarios, mitos y leyendas que permanecen representados en esta danza. Ello la vincula la creencia pasada al culto de la luna, y la dualidad y complementariedad andina, lo que la constituye en un elemento identitario que se ha mantenido vigente hasta nuestros días.


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