El culto de que gozó en Bohemia el compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart en la primera mitad del siglo XIX en Bohemia queda ilustrado en una muestra inaugurada hoy en Praga.
El culto de que gozó en Bohemia el compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart en la primera mitad del siglo XIX en Bohemia queda ilustrado en una muestra inaugurada hoy en Praga.
Al propio Mozart (1756-1791) se le atribuye la frase "Moji Prazane me uctivají" (Mis praguenses me alaban), que da nombre a esta exposición, abierta hasta el 26 de noviembre en la Sala de los Espejos del Colegio de San Clemente.
Contiene todo el Memorial de Mozart, con las partituras, libretos y otros documentos de su tiempo que se conservan en los fondos de la Biblioteca Nacional checa.
Según los organizadores, esta colección de la obra del austríaco, que se realizó en la Praga bilingüe de aquel entonces, es la primera muestra surgida en el mundo tras la muerte del genio musical.
Dicho memorial fue emplazado en 1837 en el Klementinum, con ocasión del 50 aniversario del estreno de la ópera Don Giovanni en la capital de Bohemia, y junto al busto de Mozart entonces se colocaron en vitrinas las obras del compositor.
Praga, según los organizadores, tuvo entonces que competir con Salzburgo, ciudad natal de Mozart, dado que la zona de habla germana del imperio austríaco se apoyó en un proyecto similar, que acabó derivando en el actual centro universitario Mozarteum en Salzburgo.
El legado del Praga incluye 181 composiciones del afamado autor, que son en su mayor parte copias, y algunos originales impresos de la época.
Existe una buena representación de partituras para piano, incluidos los veintiún conciertos, y también música sacra y óperas.
Además de las notas, libretos, libros y el busto, hay cuatro cartas de la familia de Mozart y varios presuntos manuscritos del compositor, que visitó Praga en tres ocasiones.
En su primer viaje, en 1787, dirigió la puesta en escena de Las bodas de Fígaro, interpretó el piano, presentó su nueva sinfonía "Praguense" y compuso la serie de danzas alemanas.
En la segunda visita, durante el mismo año, acabó de componer y procedió al estreno mundial de la ópera Don Giovanni en el Teatro de los Estados, y escribió algunas obras para canto y en su último viaje, en 1791, dirigió el estreno de su última ópera La clemenza di Tito.
La primera monografía sobre Mozart se gestó también en Praga, a cargo de Frantisek Xaver Nemecek, tutor del hijo de Mozart.
(Agencias)