El código Morse creado por Samuel Morse y que ha sido usado por telegrafistas de todo el mundo cumple 175 años desde su implementación y, aunque en menor medida, continúa siendo una herramienta de comunicación eficiente.
Lo que parecer solo ruidos, o visualmente solo un conjunto de de rayas y puntos sobre una superficie, encierra un contenido capaz de ser interpretado en todo el planeta, contando con los conocimientos de un telegrafista.
El primer mensaje en el código Morse enviado a larga distancia viajó desde Washington hasta Baltimore el viernes 24 de mayo de 1844, hace 175 años. Fue la primera vez en la historia de la humanidad en que se lograba comunicar pensamientos complejos entre lugares alejados entre sí de manera casi instantánea. Gracias al invento de Samuel Morse, la comunicación cambió rápidamente, y desde entonces ha seguido cambiando cada vez más deprisa. Morse inventó el telégrafo eléctrico en 1832 y tardó otros seis años en normalizar un código para poder comunicarse a través de los cables telegráficos.
Pero Morse no fue el único que trabajó para desarrollar una manera de comunicarse a través del telégrafo, pero la suya es la única que ha sobrevivido hasta nuestros días.
El código Morse ha sido utilizado en innumerables ocasiones para pedir auxilio en situaciones de peligro inminente o para enviar mensajes de manera inmediata que, a través de otro medio, demoraba horas o días.
Si bien el avance de la tecnología y la incorporación de satélites en los sistemas de comunicación, fue apartando el uso del código Morse, todavía está vigente en la aviación instrumental para sintonizar estaciones y aparece en las cartas de navegación para la correcta sintonización de la radio.