Cada época tiene sus propias circunstancias, necesidades y problemas. El mundo en que vivimos, cada vez más industrializado, enfrenta situaciones que incluso hoy parecen difíciles de creer. Pero son ciertas: En Reino Unido, la primera ministra Theresa May nombró un Ministro de la Soledad.
Es verdad, la soledad se ha vuelto un problema serio para el Gobierno británico. Más de nueve millones de personas en la nación se sienten solos a menudo o constantemente, según un reporte de 2017 sobre el tema elaborado por la Comisión Jo Cox.
Estos hechos motivaron a que May nombrara al nuevo ministro el pasado miércoles. “Para demasiadas personas, la soledad es la triste realidad de la vida moderna”, se pronunció. Llamó a enfrentar este “desafío” que afecta a ancianos, cuidadores y quienes han perdido seres queridos.
Según Mark Robinson, oficial en jefe de Age UK, la mayor organización de caridad que trabaja con adultos mayores, la soledad puede matar. “Se ha probado que es peor para la salud que fumar 15 cigarros al día”, señala. Aunque puede remediarse.
Según un artículo del Dr. Vivek Murthy, ex Cirujano General (máxima autoridad sanitaria) de Estados Unidos para Harvard Business Review, la soledad puede asociarse “con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencia, depresión y ansiedad”.
Tracey Crouch, subsecretaria de deportes y sociedad civil del Ministerio de Cultura, asume este flamante cargo. Mientras tanto, la Oficina de Estadística Nacional ayudará a crear un método para cuantificar la soledad.
También se destinará un fondo que ayude al Gobierno y las instituciones de caridad para desarrollar mayores estrategias para atacar el problema. Una investigación gubernamental arrojó que unos 200 000 británicos de edad avanzada no ha conversado con un amigo o pariente en más de un mes.
Muchos de ellos empiezan a aislarse sin darse cuenta o por necesidad antes de ver realmente cómo la soledad los afecta. Carol Jenkins, una enfermera jubilada de 64 años, vio el problema luego de que su hijo partiera al extranjero y ella, por cuestión de economía, se mudara a una casa más chica.
Sin embargo, la soledad ataca a personas de todas las edades. Luego de que Carol buscara ayuda en un grupo de Facebook donde británicos solitarios comparten experiencias y apoyo mutuo, vio con sorpresa la cantidad de personas jóvenes que integraban dicha comunidad.
“Hay tantos universitarios que simplemente se encierran días en sus habitaciones por sentirse rechazados o que no encajan”, afirma. “Es solo cuestión de tiempo antes de que la soledad se convierta en depresión. Ahí es donde se vuelve peligroso”.
