Un tribunal de Oslo condenó al supuesto cerebro del robo cometido en agosto de 2004, Bjorn Hoen, de 38 años, a siete años de cárcel, y a Petter Tharaldsen, de 34, que condujo el vehículo, a ocho años de prisión.
Ambos deberán abonar al Ayuntamiento de Oslo una indemnización de 750 millones de coronas (96 millones de euros) por la pérdida de las obras.
Los dos condenados recurrieron las sentencias tras la lectura del fallo que puso fin al juicio abierto el pasado 14 de febrero contra seis acusados.
El abogado de Hoen, Morten Furuholmen, explicó que su cliente está "muy decepcionado" y argumentó que las pruebas no demuestran que hubiera planeado el golpe. Además, señaló que la recuperación de los cuadros podría ayudar a probar la inocencia de su cliente.
El abogado de Tharaldsen, John Aasen, dijo que su cliente, que permanece en prisión por otro robo, será incapaz de hacer frente a la sanción millonaria impuesta por el tribunal.
El tercer condenado, Peter Rosenvinge, sentenciado a cuatro años como responsable de la adquisición del vehículo en el que huyeron los ladrones, también apeló la sentencia.
Los otros tres procesados fueron absueltos. Uno de ellos, supuesto autor material del robo, fue exculpado por no considerarse probada su implicación, en parte porque es tartamudo y, según el tribunal, se habría delatado si hubiera hablado durante el robo.
El 22 de agosto de 2004 dos hombres enmascarados penetraron en el Museo Munch, en Toyen, en el centro de Oslo. Amenazaron con una pistola a dos guardas de seguridad y a los visitantes, forzándoles a tumbarse en el suelo, y se hicieron con los dos lienzos tras cortar las sujeciones.
El tribunal ha escuchado durante los dos meses y medio que ha durado el juicio los testimonios de 63 testigos.
SEGURIDAD CARCELARIA
Los cuadros, pintados a finales del siglo XIX, tienen un valor incalculable. Las dos obras siguen desaparecidas, pese a casi dos años de investigación policial y una recompensa de dos millones de coronas (251.921 euros) ofrecida por el Ayuntamiento de la capital noruega.
El Museo Munch se ha transformado, entre tanto, en un auténtico fortín. La pinacoteca gastó unos 106 millones de euros en nuevos detectores de metales, alarmas contra incendios, el blindaje de las obras y la ordenación de la vasta colección de 1.150 cuadros, 18.000 grabados y 8.000 dibujos.
Munch, que nació en 1863 y murió en 1944, estuvo ingresado en un sanatorio durante un tiempo, debido a sus problemas de alcoholismo y una relación tormentosa con su amante Tulla Larsen. El pintor recorre en sus obras distintos sentimientos y aspectos de la vida, como la angustia, la enfermedad, la juventud o la vejez.
Munch, precursor del expresionismo, estuvo toda su vida obsesionado por la muerte por tuberculosis de su madre y hermana mayor.
'El grito', su obra más famosa, representa a una persona demacrada con un fondo de colores rojo y amarillo intenso. Algunos expertos han creído ver en él el reflejo de las erupciones del volcán indonesio Krakatoa a finales del siglo XIX.
'La Madonna', otro de sus lienzos más representativos, muestra la figura de una sugerente mujer, alegoría de la Virgen, con los senos descubiertos y una larga cabellera negra que cae sobre sus hombros.
(Agencias)