Hace 200 años, la erupción del volcán Tambora en Indonesia causó 60.000 víctimas mortales y se convirtió en la mayor explosión volcánica de la historia moderna. A raíz de las partículas de sulfato expulsadas por el volcán, los continentes del planeta se enfriaron 2°C el año siguiente y se generó un caos agrícola en América del Norte, Europa y China.
Como menciona un artículo de 'The Economist’, otros desastres naturales como tormentas, inundaciones y terremotos tienen efectos globales debido a la interconexión de las sociedades humanas y las economías, mientras que las grandes erupciones tienen efectos geofísicos directos en todo el planeta.
Otro volcán que causó gran impacto en la Tierra fue el Toba hace 75.000 años, cuya erupción fue casi 100 veces más potente que la del Tambora. Las cenizas del Toba cubrieron con una capa de un centímetro o más de espesor un área en la que actualmente viven 2.000 millones de personas. Una posible erupción de este volcán tendría efectos devastadores en la humanidad, sin lugar a dudas.
Por otro lado, el impacto de un asteroide podría tener consecuencias similares a los casos antes mencionados, ya que pueden alterar enormemente el clima del planeta. Según estudios, un asteroide de uno o dos kilómetros de diámetro cae en la Tierra aproximadamente cada millón de años y sus efectos serían suficientes para matar a miles de millones de personas.
Estos cálculos tienen sentido si tomamos en cuenta que el meteoro que cayó en lo que hoy es la península de Yucatán a finales del período Cretácico, hace 66 millones de años, medía probablemente 10 kilómetros o más de diámetro y provocó la extinción masiva de más de la mitad de las especies que poblaban el planeta en aquel momento.